Síntomas y diagnóstico
Síntomas
El cuadro clínico es variado e incluye desde el paciente asintomático, cuya única preocupación es el problema estético que comporta la existencia de varices, al paciente con la sintomatología característica (piernas pesadas, dolor, calambres, sensación de cansancio permanente, etc.). La sintomatología se va haciendo más intensa cuando comienzan a aparecer complicaciones debido al estancamiento de sangre en la piel, que es cuando se produce una atrofia del tejido ceáneo con reacción eczematosa y pruriginosa
Los síntomas más comunes de las varices son:
- Sensación de quemazón en los pies y en torno a los tobillos.
- Coloración parda-grisácea de los tobillos/pantorrillas.
- Venas hinchadas visibles bajo la piel de las piernas.
- Cansancio y pesadez en las piernas.
- Picores e incluso fuertes dolores.
- Úlceras en la piel de los tobillos.
- Hinchazón de tobillos y pies.
- Calambres nocturnos.
- Hormigueo.
- Fatiga.
Diagnóstico
Lo primero de todo es saber que el diagnóstico de las várices debe hacerse con el enfermo de pie. Esto es muy importante, puesto que debido a nuestros hábitos diarios, somos nosotros mismos quienes favorecemos la aparición de las várices. Lo normal es que durante la mayor parte del día estemos sentados o de pie, mientras que en la cama no pasamos más de 7 u 8 horas, lo que significa que 2/3 de nuestro tiempo diario lo pasamos en posturas que irremediablemente favorecen la aparición de varices.
Lo que está claro es que en la actualidad no se puede iniciar ningún tipo de tratamiento para combatir las varices sin que primero éstas hayan sido diagnosticadas. Antes debe acudirse a un especialista para que lleve a cabo un exhaustivo estudio sobre la circulación arterial. Este tipo de exploraciones ha permitido descubrir que no todas las varices siguen los mismos patrones en todos los casos, lo que supone un dato fundamental a tener en cuenta para el futuro desarrollo de tratamientos. Así pues, no todas las varices deben operarse, y para la toma de tal decisión, es primordial prestar especial atención a las circunstancias de cada paciente